A cada uno de ustedes, me dirijo con gratitud y esperanza mientras despedimos un año y nos preparamos para recibir el nuevo. Al mirar hacia atrás, podemos reconocer que este año ha sido una mezcla de desafíos y bendiciones. Sin embargo, en todo momento, hemos caminado como una sola familia en Cristo, confiando en la providencia de Dios y en el poder de su amor. El Señor nos recuerda en el Salmo 126:3: “El Señor ha hecho grandes cosas por nosotros, y estamos llenos de alegría”.
Quiero agradecer profundamente a todos los servidores de nuestra comunidad, que, como pastores dedicados, han trabajado incansablemente para llevar la Palabra de Dios y los sacramentos a cada rincón, incluso en los espacios más creativos como lo es nuestra querida comunidad en Minecraft. Ustedes han sido testigos del poder transformador del Evangelio en todos los ambientes.
Al comenzar este nuevo año, renovemos nuestro compromiso de ser luz en el mundo. Recordemos las palabras de San Pablo: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:13). Confiemos en que cada paso que demos será guiado por el Espíritu Santo y que el Señor seguirá transformando nuestra vida, para hacer su voluntad.
Les invito a vivir este tiempo con un corazón lleno de esperanza y amor, siendo signos visibles de la misericordia de Dios para todos aquellos que nos rodean. Que este año nuevo sea una oportunidad para fortalecer nuestra fe, construir el Evangelio y avanzar con alegría en nuestro camino hacia la santidad.
Concluyo encomendándolos a la intercesión de nuestra Santísima Madre, la Virgen de los Dolores, para que ella nos guíe con ternura hacia su Hijo, nuestro Salvador. Que el Señor los bendiga abundantemente en este nuevo año y que sus hogares estén llenos de paz, amor y fe.
¡FELIZ AÑO NUEVO!
Dado en Dolores, a los treinta uno (31) días del mes de diciembre del año dos mil veinticuatro (2024)